Después de una época marcada por las celebraciones y la compra de regalos llega el momento de echar números. Te proponemos cinco consejos para hacer frente a la tempida cuesta de enero.

El Año Nuevo suele ser la fecha que marca en el calendario para empezar los propósitos que quieres cumplir en los diferentes aspectos de tu vida. Junto a los más frecuentes, como llevar hábitos de vida más saludables o leer un mayor número de libros también existen aquellos relacionados con tu economía, como incrementar tus ahorros, controlar mejor tus gastos o realizar alguna inversión. En relación con estos últimos propósitos, en enero se dan una serie de factores que pueden influir en que no te resulte tan fácil alcanzar tus objetivos financieros a corto plazo: es la conocida como cuesta de enero.

Esta expresión, que compara la dificultad de subir una pendiente (cuesta) con la de gestionar la economía en el primer mes del año, tiene una doble explicación. La primera es por la subida de precios en determinados servicios públicos con tarifas reguladas como el transporte interurbano, pues en estos casos se revisan los precios de los billetes teniendo en cuenta la evolución del IPC (Índice de Precios al Consumo).

La segunda explicación es por el gasto -en algunos casos excesivos- que se produce en los hogares durante las fiestas y celebraciones que tienen lugar a final y principio de año. Tradiciones como las cenas familiares y los regalos hacen que durante esta época se destinen más recursos económicos al consumo, lo que puede afectar tanto a la capacidad de ahorro como al aumento de las deudas y que, por norma general, se ven reflejadas en los gastos a afrontar en enero.

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