Poder dar la vuelta al mundo es el sueño de muchos pero está al alcance de pocos, aunque tampoco son tan pocos… Este fin de semana recalaron en el Puerto de Barcelona el MSC Magnifica y el MSC Poesíados cruceros que tuvieron en la capital catalana su cuarta escala de sendas rutas planetarias, las primeras de la naviera de origen italiano tras la pandemia, ya bordo van 591 españolesmás que en ninguna otra edición, de 13 comunidades autónomas, además de otros miles de pasajeros de decenas de nacionalidades.

Algunos han contratado el viaje completo, mientras que otros harán un tramo, porque no todo el mundo tiene disponibilidad para embarcarse durante los cuatro meses que durará la travesía: el MSC Magnifica visitará 43 destinos en 117 días con predominio del hemisferio sur, mientras que el MSC Poesia (que zarpó con el cartel de completo) echará el ancla 53 veces en 119 días con el hemisferio norte como protagonista.

El inicio de sus recorridos ha sido común, con salida el 4 y 5 de enero del puerto de Roma (Civitavecchia), para proseguir por Génova y Marsella, mientras que, a partir de Barcelona, ​​sus itinerarios se separarán. La planificación y el servicio de la naviera deben cuidarse hasta el último detalle, para satisfacer a unos viajeros que esperan lo mejor del que seguramente será el viaje de su vida.

El entusiasmo es tal que una veintena de pasajeros hispanohablantes del MSC Poesia, animados por un leridano jubilado afincado en el Algarve, crearon un grupo de whatsapp ya antes de embarcar, y se citaron para un primer encuentro este domingo 8 de enero en uno de los bares del buque, una vez instalados en un barco que ya se han estudiado al dedillo antes de poner un pie en él, ya que será su hogar durante un tiempo.

Lo explica a elEconomista.es Prudencio, uno de los 114 catalanes que disfrutarán del crucero de vuelta al mundo entre los dos barcos. Es su primera vez con MSC, pero no en un crucero, ya que acumula una decena de experiencias, si bien eran más cortas, de entre una semana y 12 días, principalmente por Europa y el Caribe. Esta vez, se embarcará los cuatro meses del recorrido completo para celebrar su 70 cumpleaños junto a su esposa y otras parejas de amigos “de toda la vida, desde niños”, aunque espera aprovechar el recorrido para forjar nuevas amistades nacionales e internacionales.

Prudencio reconoce que se puede permitir ausentarse 17 semanas porque es su propio jefe al frente de una gestoría, pero no prevé desconectar: ​​”No voy a escatimar en medios tecnológicos para tener Internet en alta mar y en tierra, porque sigo en activo y la responsabilidad del despacho es mía, pero la ventaja de hoy en día es que la mayoría del trabajo se puede hacer de manera telemática, y dejó las cosas previstas”.

Prudencio ya ha estado en Estados Unidos y China, pero su mayor ilusión es conocer en persona el modo de vida en japon, tras los relatos de su hijo, que pasó allí un mes de luna de miel. También le entusiasma lo que le deparan las escalas en Australia, Filipinas y Papúa, y tiene curiosidad por Hawáiaunque señala que Bahamas le decepcionó.

Lo que más le gusta de viajar en crucero es que “te instalas en el barco y te olvidas del equipaje hasta el final del viaje”, y lo que menos le atrae de la vuelta al mundo son los tramos de varios días consecutivos de navegación entre algunos destinos. No es el perfil de viajero que prefiere relajarse a bordo, sino que desea conocer mundo.

Incluso se plantea pedir permiso a la naviera para quedarse en India unos días por su cuenta y luego volar hasta la siguiente escala para reembarcar, aunque no sabe si será posible dicha autorización.

En cualquier caso, esta experiencia será un punto y seguido en su pasaporte. Hace años ya hizo un tramo de vuelta al mundo con otra naviera, y advirtió de que tiene a sus amigos y allegados “amenazados de repetir si salgo indemne de esta”. Ya ha mirado para 2024 una ruta que también saldrá de Barcelona, ​​pero en sentido contrario al itinerario que realizará ahora: en dirección al canal de Suez y recorriendo el hemisferio sur, con protagonismo para África y Sudamérica.

Su primer crucero fue hace tres décadas y, como veterano, constata que este sector ha cambiado mucho: “Antes era más elitista y lujoso, y se exigía vestir de etiqueta en el comedor”. Ahora a veces echa en falta algo de mayor decoro en algunos pasajeros, pero “los cruceros se han socializado y no deja de ser una parte buena”, remacha.

En el MSC Magnifica viaja otro experto en cruceros, Lluís, jubilado de 67 años, también de Barcelona y que también contrató la vuelta al mundo con esta naviera sin haberla probado antes.

En su caso, la vuelta al mundo fue un regalo a su mujer por su 60 cumpleaños. Eso fue en 2019 y había contratado pasajes para enero de 2021, pero la pandemia truncó sus avionesy los retoman ahora.

Lluís y su esposa completarán el itinerario y estarán de regreso en Barcelona el 3 de mayo. En otros cruceros de una o dos semanas les han acompañado sus hijas, pero esta vez no pudieron por la duración del viaje, incompatible con sus responsabilidades laborales y familiares.

Su mayor ilusión en este viaje es poder conocer dos de las siete maravillas del mundo: el Machu Pichu en Perú (si la situación política local lo permite) y Petra en Jordania. “Ya he visto cuatro de las siete maravillas, y con estas dos solo me faltaría la muralla china, que espero ver en otra ocasión”, relata.

Lluís explica que conoce bastante mundo, pero le faltan las antípodas, por lo que espera disfrutar de las escalas en Australia y Nueva Zelandamientras que le quedará pendiente para otra ocasión Japón, que no forma parte de su itinerario.

Ha llegado al barco sin conocer al resto del pasaje, pero en cruceros anteriores ha entablado amistades con las que todavía mantiene el contacto: “Lo bueno de un crucero es que socializas con quien quieres, si quieres”. También prevé volver con algún kilo de más por el fácil acceso a la comida a bordo. Lo que tiene cierto es que no va a desaparecer, y ya tiene contratado un bono de Internet que le permite hacer videollamadas y enviar fotos para explicar en casa “lo bien que se lo están pasando los abuelos” y saber de su familia.

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