Entretanto la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) pagó a la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril), por comisión y subsidio de enero a agosto 2022, RD$2,719.77 millones, el señor Franklyn Báez Brugal, en espacio pagado, alertó sobre la abundante alharaca propiciada por agitadores profesionales pagados en torno al Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS), sugiriendo la modificación inexorable del instrumento y esperando que “reine la sensatez entre los responsables de modificar la Ley” 87-01.
Tal modificación resultó difícil de digerir porque las leyes otorgan las atribuciones necesarias a las instituciones del SDSS, incluyendo a la Superintendencia de Pensione (Sipen) ya la Sisalril para corregir los entuertos actuales, en tanto el tripartita Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS ) está facultado para dictar medidas suplementarias para optimizar el sistema.
Es un entorno híper explotado desde adentro, por actores, políticos y el gobierno, desde el 2007. Política y económicamente. La tradición ha sido que las superintendencias amenacen a los infractores, para llegar a acuerdos de vista gorda por debajo. Económicamente, los recursos de las pensiones en el sistema de reparto han sido y están siendo usufructuados por el gobierno para financiarse, en tanto los propietarios de ese dinero reciben ni jota.
Ahora crece la depresión: “¡A modificar la 87-01!”, vociferan. ¿El supuesto objetivo? Rebajar las comisiones de las Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP), atribución de la Sipen, quien mediante resolución #419 del 18 de febrero del año 2020, les rebajó 0.5 puntos porcentuales, disponiendo su caída hasta 0.75% en el 2029. En su literal a) del artículo 2, instruyó reducirlas en 0.5% anual hasta el 0.75% en el 2029.
El SDSS tiene otras falencias. Incluyendo la corrupción generalizada.
En la República Dominicana, cuya población joven (0 a 34 años) es el 60,63%, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), segmento de bajo gasto en salud en el mundo, que el consumo mensual promedio en salud por afiliado al SDSS fuera RD$659.47 en el año 2021 deja mucha tela por donde cortar.
Sugiere un sistema sobreexplotado por sus actores, donde el componente de salud está híper avituallado —corrupción—, en detrimento de riesgos laborales y pensiones.
Algunas sugerencias de comisiones de las AFP iguales a las de México. Allí, dicen, estos reciben 0.75% por administrar estos fondos. Las locales, 1,15%.
En economía de escala, la seguridad social mexicana nos supera. Al 30 de junio del 2022, el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) reportó 20.62 millones de puestos de trabajo afiliados (cotizantes), +8.52 veces que el dominicano; con los siguientes ratios, por cada 1000 afiliados y anuales: consultas médicas, 1:1,5; intervenciones quirúrgicas, 1:0.028; diagnósticas ambulatorias, 1:0.11 y uso de unidades de alta especialidad, 1:0.0493. Multiplicado 0,75% x 20,62 millones y 1,15% x 2,167 millones. ¿Amor es? Las mexicanas ganan +5.21 veces.
Agreguemos la pregunta: ¿continúa vigente aquel préstamo de US$300 millones, vinculante a modificar la 87-01?
Antes que enviar esa propuesta al Congreso, donde los intereses involucrados harán su agosto, las instituciones del SDSS, el gobierno y el Ministerio de Salud Pública deben corregir sus propias falencias. Y hacienda, procurarse ese dinero ante otro prestamista.