No vendrá nadie a salvarnos como en los finales de las películas. ¿Nos tocará aceptar que aumenten las edades para obtener una pensión?
El mito aquel de que los Estados no pueden quebrar, hace tiempo dejo de serlo. Países del continente, y fuera de este, han dado fe de esta duradera. La corrupción, la impunidad, el descaro político y hasta la complicidad de las autoridades, se han confabulado, para crear una ilusión de que lo que hay nunca se acabará.
Se han tomado medidas para calmar los ánimos de la población.
Algunas de esas medidas, habrán que pagar las con intereses. En toda esta variedad de desaciertos, no se puede decir que hubo yerro. Todos, absolutamente todos, han sido anuentes de lo que han hecho.
En el variopinto de los problemas, está inmersa la Caja de Seguro Social. El problema ha pasado de mesa en mesa, de diálogo en diálogo, de gobierno en gobierno, primando más la segura política carga, que el beneficio y tranquilidad de la población. Las bases y el de solidaridad con que se fundó la Caja está basada en un modelo que ya hace tiempo dejó de ser sentido vigente. Una junta directiva, conformada en algunos casos, por representantes de gremios, que sirven más como agentes de empleo, sin visión estratégica y en donde pareciera que algunos serán momificados.
Que si no hay informe actuarial, que si esperamos el informe de OIT. Cualquier informe que presente, será el mismo. El programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), no podrá soportar sus compromisos.
Han tenido a la población en zozobra, esperando que Jack Bauer, Gil Grison u Horacio Caine, resuelvan el misterio. Además del miedo enorme a lo que se vaya a formar en el país. No quiero ser alarmista, pero este es un tema serio y con la seriedad que merece, lo debemos afrontar. Ya no basta recordar el programa fraudulento de viviendas, ni siquiera saber cuándo se fundó la Caja.
Lo importante es saber qué vamos a hacer para evitar el dolor de mucha gente.
Estimados amigos. No vendrá nadie a salvarnos como en los finales de las películas. Tengo que decir como lo veo. Nos tocará aceptar que aumenten las edades para obtener una pensión, que aumenten la densidad de cuotas, que aumenten el porcentaje que pagamos en las cuotas obreros patronales, y cuidado tenemos que aceptar que suban el Itbms.
El tema de la seguridad social, unido al tema de la deuda pública, son elementos de cultivo para una tormenta perfecta.
Nadie quiere oír esto. Algunos estan con la esperanza de algun gobierno lo resuelva. El detalle es que el problema es la falta de recursos (dinero) y eso, no va a caer del cielo.
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro rechazo total a los que esté mal.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.