El banco de inversión brasileño Itaú BBA se asoció recientemente con la plataforma SlingHub para la ejecución de análisis e informes sobre inversiones en nuevas empresas tecnológicas en Latinoamérica.
En su primer informe, mapearon 1.251 rondas de financiamiento el año pasado, que entendieron US$12.000 millones en inversiones con un promedio de US$12,4 millones por ronda. El volumen de inversión se redujo 34% para Latinoamérica y 50% en el caso de Brasil.
“Con tasas de interés más altas y niveles de inflación que cancelan a la liquidez, el resultado fue valoraciones más limitadas, procesos de debida diligencia más largos y complicados, menos unicornios y un sentimiento general de cautela”, consigna el documento.
En esta entrevista con BNamericas, el director ejecutivo de Itaú BBA, Thiago Maceira, charla sobre los aspectos más destacados del año pasado y las perspectivas para 2023 para el segmento de capital de riesgo centrado en tecnología.
BNamericas: ¿Qué destacaría como más relevante del informe en términos de tendencias?
Maceira: Hay dos maneras de ver los datos de 2022. Si pensamos en la evolución en una secuencia, las cifras del año pasado son mucho más débiles que las de 2021. Pero si adoptamos una perspectiva a más largo plazo, veremos que 2022 fue relativamente sólido en lo que respeta a la captación de fondos. 2021 fue un año fuera de serie en términos de liquidez.
Y esto se debe a una combinación de varios factores ya conocidos. Primero, tuvimos una aceleración muy fuerte de la digitalización en Brasil y Latinoamérica a partir de 2020, con la pandemia. Esto atrajo mucho la atención de los fondos globales y el exceso de liquidez significó que estos fondos tienen mucho capital para invertir. 2021 llegó como la tormenta perfecta de todo.
Pero aun así, en 2022 tuvimos un buen flujo financiero y una muy grande de transacciones, lo que demuestra que el ecosistema de la región es mucho más maduro y fuerte que en el pasado.
Además, la gran desaceleración que experimentamos fue generalizada, pero mucho más en aquellas empresas en etapa tardía y previas a las [ofertas públicas iniciales] OPI. Estas sufrieron mucho más. En algunos casos, la caida [en la financiación] llegó al 60%. Las compañías más grandes, que necesitaban cheques mucho más altos, fueron las que más sufrieron.
BNamericas: ¿A qué los atribuiría?
Maceira: Muchas de estas empresas eran empresas B2C, que crecieron demasiado durante la pandemia. Invirtieron mucho para satisfacer la demanda. Pero luego con las particularidades del B2C, la quema de efectivo, la necesidad de inversión para seguir creciendo, esta tesis se hizo un poco más difícil en el mercado.
Y también porque estas empresas estaban quizás más cerca de una salida a bolsa. Con un mercado un poco más reticente, los fondos deciden contenerse.
En el segmento de etapas tempranas también hubo una contracción, pero menos relevante.
Ahora bien, en términos de cantidad y diversificación de fondos, 2022 fue un año importante. Seguimos teniendo nuevos fondos mirando e invirtiendo en Brasil. Esta es una prueba más de que Brasil se está convirtiendo en uno de los centros de inversión en tecnología del mundo.
BNamericas: También hubo crecimiento en los fondos domésticos, ¿no?
Maceira: La diversificación es global. Hoy hay muchas mas family-officesfondos locales, de capital privado, que están aprendiendo y queriendo participar cada vez más en este proceso de digitalización.
BNamericas: Y a nivel regional, ¿cómo encajan estas inversiones?
Maceira: Si comparamos Latinoamérica con Brasil, este último sigue siendo muy importante. Pero estamos comenzando a ver que estas inversiones surgen con más fuerza en otros mercados de la región. Esto tiene mucho que ver con el nivel de digitalización. Brasil está mucho más avanzado en este sentido que sus pares regionales, principalmente en Sudamérica.
Conforme otros países avanzan en este camino, también lo hacen las inversiones. También hemos visto una mayor participación de otros mercados, hay mucho interés, surgen unicornios en diferentes países.
Pero, de nuevo, Brasil debería seguir siendo el gran polo tecnológico regional por el tamaño de su economía, el grado de digitalización e incluso aspectos culturales relacionados con la incorporación de la tecnología a la vida cotidiana.
BNamericas: Algunos analistas señalaron que ha habido un acomodo a niveles más saludables en términos de valuaciones de empresas de tecnología. ¿Comparte esta opinión o cree que es más una restricción para la inversión dado el contexto macroeconómico y las tasas de interés más altas?
Maceira: Hubo una revisión global sobre cómo el mercado evalúa el crecimiento y el potencial de estas empresas digitales y exponenciales.
Pero no es que los inversionistas ya no busquen un crecimiento acelerado. Apuntan más hacia el crecimiento autosostenible. En los últimos tres, cuatro años, una empresa que creció un 300% fue vista más favorablemente que una que creció un 50%. Incluso si el primero necesita capital cada seis meses.
Una de las razones es que el capital era abundante. Nadie pensaba que no tuviera la posibilidad de recaudar fondos cada seis meses. Una vez que el capital se convierte en uno de los activos restrictivos, los inversionistas miran a las empresas y empiezan a exigir que sean de hecho rentables, autosuficientes. La perspectiva de un capital menos cuantioso hizo que las empresas e inversionistas reevaluaran su capacidad de crecimiento. Es un reequilibrio de la fórmula de financiación de crecimiento más rentabilidad.
Pero otro factor que afectó a todo el mercado, y no solo a la tecnología, es que hoy tenemos un nuevo nivel de tasas de interés en el mundo. Todos los activos, ya sean bienes raíces, venta minorista, infraestructura, con tasas de interés más altas, las tasas de descuento aumentan. Y el valor intrínseco de las empresas tiende a caer.
En una empresa de tecnología la mayor parte del valor está en el futuro, que es cuando generarán flujo de caja y serán más rentables. Si la tasa de interés sube, se descuenta el valor presente y estos flujos de efectivo futuros disminuirán.
Pero dicho esto, si hay una empresa que se ‘autofinancia’ y crece al 300%, los inversionistas seguirán pagando 15, 20, 30 veces los ingresos.
BNamericas: ¿Cuál es su perspectiva para este año?
Maceira: Estamos optimistas respecto de lo que sucederá en el ecosistema. Dejando de lado la valoración y las tasas de interés, estamos en medio del proceso de transformación digital en América Latina y Brasil.
Tuvimos una aceleración muy fuerte en la pandemia, pero todavía hay mucho espacio para crecer, especialmente en digitalización y servicios para pequeñas y medianas empresas.
Y cuando observamos el desempeño de estas empresas de tecnología en Brasil, resulta que crecen fuertes, entregando productos, teniendo un impacto en la economía. Compañías de comercio electrónico, empresas de software que están impactando en la economía real y creciendo a muy buen ritmo. Los inversionistas globales están muy atentos.
El interés en Brasil, incluso de manera relativa, es aún mayor, diría yo. Porque en comparación con otras regiones hay crecimiento, la economía es grande y necesita innovación para ser productiva más y mejorar la eficiencia.
Lo que vemos para este año es un interés en empresas B2B, con inversiones en la última etapa o empresas en etapa de crecimiento, que regresan lentamente a medida que el mercado se estabiliza.
Otra tendencia son las fusiones y adquisiciones. A medida que estas empresas de tecnología crecen, es natural que se unan y se consoliden. Y las que no nacieron en el mundo digital también ven las adquisiciones como una oportunidad para tratar de adquirir competencia y personal para el desarrollo de un producto digital.
BNamericas: ¿Supongo que habla con conocimiento de causa? Itaú BBA está asesorando a las empresas en estos procesos.
Maceira: No puedo mencionar acuerdos o nombres, pero es algo que debería suceder. Me sorprendería si 2023 no resultase un buen año de fusiones y adquisiciones.
BNamericas: ¿Se reabrirá la ventana para las OPI este año?
Maceira: Hay un momento especial en Brasil debido a la percepción de que las tasas de interés y la inflación están cada vez más bajo control. Nuestro ciclo de tasas de interés probablemente esté llegando a su fin.
Vamos a tener un año en el que Brasil vuelva a crecer, aunque de forma moderada. El mercado de valores parece estar ya en camino hacia la precisión.
A medida que obtenemos más visibilidad sobre las políticas económicas del gobierno, esto tiende a brindar más claridad al mercado.
EE.UU. todavía está un poco por detrás en el ciclo de tipos de interés, pero todo indica que el proceso de subida también está llegando a su fin. Con todo esto en marcha, el escenario para la bolsa debería mejorar.
Ahora, históricamente, esta recuperación del mercado de valores viene primero con transacciones de seguimiento [en lugar de OPI] porque ya son empresas que cotizan en bolsa, con una base de accionistas.
Con todo, los inversionistas internacionales siguen teniendo mucho interés en Brasil.