En los últimos 25 años el valor promedio de una vivienda en Canadá aumentó en 553%, de acuerdo al House Price Index, medido por la Reserva Federal de Dallas. Una cifra muy superior a la registrada en Estados Unidos y Alemania, donde los incrementos en ese lapso fueron de 192% y 82%. De ese grupo de países desarrollados, solo Japón reportó una caída en los precios, la cual fue cercana al 31%.

La disparada de la propiedad raíz se ve reflejada también en lo que estos activos representan para la economía canadiense. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), 42% del capital en Canadá es viviendas habitadas, un porcentaje que está muy por encima de lo que ocurre en los otros países del G7, donde el indicador es de promedio 26%. Esto quiere decir que el país se volvió altamente dependiente del mercado inmobiliario para agregar valor a su PIB, desnudando además una realidad que para muchos resulta preocupante de cara a la competitividad, y es que hay más apetito por invertir en casas que en empresas.

Este ‘boom’ de la vivienda tiene su génesis en la confluencia de diversos factores, el principal, las bajas tasas de interés durante largos periodos. Este mayor acceso al dinero en condiciones favorables dinamizó un mercado que ya vino impulsado, entre otros factores, por la llegada de más compradores representados en buena parte por los migrantes que año a año llegan a Canadá.

A esto se suma que el ahorro hecho por las familias durante la pandemia, así como el surgimiento de la necesidad de contar con mayores espacios durante los confinamientos, terminaron por generar una presión mayor en los precios de la vivienda, pues en el algún momento las ventas se llegaron a cerrar a manera de subasta, llevando el valor final de compra hasta 50% por encima del fijado inicialmente por el vendedor.

Hoy el precio promedio de una vivienda en Toronto supera el millón de dólares en moneda canadiense, es decir, US$764.000 dólares. Si bien este valor es alto, especialmente al comprarlo con lo que cuesta una propiedad en otros capitales de Estados Unidos y Europa, los últimos informes del sector inmobiliario muestran que los precios vienen cayendo entre 15% y 20%. Dicha tendencia está explicada por el aumento en las tasas de interés que desde marzo de este año inició el banco central canadiense, llevándolas de 0,25% a 4,25% anual.

“Nuestro pronóstico es que va a haber una disminución del 30% en los precios de la vivienda junto con un crecimiento constante de los ingresos, una determinación de las tasas hipotecarias y un crecimiento más fuerte en la oferta de viviendas, lo que hará que los valores vuelvan a un rango asequible a multas de 2025”, asegura Tony Stillo, director de Economía de Canadá en Oxford Economics.

A nivel país el efecto de la política monetaria se ve claramente. Después de alcanzar un punto máximo de US$609.000 en febrero, el valor promedio de una casa en Canadá ha bajado en más de US$128.000, y según el último informe de la Asociación Canadiense de Bienes Raíces, esa cifra en octubre fue $481.000. Sin embargo, para otros analistas la posibilidad de que los precios sigan cayendo no es tan clara.

“Octubre presentó otro mes de datos que sugiere que la desaceleración en los mercados inmobiliarios canadienses está llegando a su fin. Las ventas en realidad aumentaron de septiembre a octubre, y la caída de los precios mes a mes se hizo más pequeña por cuarto mes consecutivo “, dijo Shaun Cathcart, economista de la Asociación Canadiense de Bienes Raíces.

A pesar de la disminución en el valor de la vivienda, el último informe presentado por la Oficina de Presupuesto del Parlamento en Ottawa, señala que el costo de una casa es 67% más alto de lo que un hogar puede pagar. En este sentido, otro hecho por Royal Bank of Canada (RBC) asegura que una familia de ingresos medio necesitaría estudiar gastar el 60 % de sus ingresos en el pago de su cuota. Un porcentaje que para Toronto y Vancouver alcanzaría 83% y 90%, respectivamente.

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