Acusando usurpación de su cultura para multas personales y negando ser representados por los líderes de la “toma productiva” de Paillaco, comunidades mapuche se desligaron de la movilización y exigieron disculpas al Sindicato de Trabajadores de Chilterra.

Un controvertido vuelco tuvo la ocupación del Fundo Huite, protagonizada por dicha organización sindical e integrantes de comunidades. Lo anterior, luego que 13 dirigentes mapuche -en nombre de 11 organizaciones y comunidades- se desligaran de los líderes de la movilización, acusando que no los representan y que están haciendo uso indebido de su causa.

A través de un escrito de 5 puntos, firmado y fechado en la jornada de este martes, se manifiesta una “profunda molestia con el Sindicato de Trabajadores de Chilterra por utilizar el nombre de las Comunidades Mapuche de Paillaco para defender intereses de privados. Lo que consideramos un acto grave de usurpación del nombre y la cultura del pueblo-nación mapuche de nuestro territorio”.

Según los líderes, la denominada toma productiva es llevada adelante por un “pequeño grupo de individuos mapuche”, quienes “instrumentalizan el nombre de nuestra cultura ancestral para obtener beneficios que desconocemos. Siendo capaz incluso de impostar ceremonias y rituales para persuadir a la audiencia de sus deshonestas intenciones”.

Respecto al otro motivo de la ocupación, que dice relación con la restitución del terreno a quienes la protagonizan, las comunidades puntualizaron que efectivamente buscan que sea de su propiedad, pero manifestando que les preocupa una eventual cesión a quienes no los representan.

“Nuestro interés en el título de comisario que (…) señala existir en el conservador de bienes raíces de La Unión. Y, por fin, nuestra alarmante preocupación por el destino de esas tierras ancestrales, pertenecientes a las comunidades de nuestro territorio, no representadas por las individualidades de la ocupación referida”, consigna el documento.

En base a estos argumentos, los dirigentes dijeron tener desagrado y estar sorprendidos “ante la existencia de un supuesto trabajo de nuestras comunidades”. Por lo anterior, exigieron que la situación sea aclarada y que el sindicato ofrece disculpas públicas por lo que calificaron como “deshonestidad y fraude cultural” en su contra.

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