La política Agraria Común supone cerca del 40% de todo el presupuesto comunitario. Se trata de una política que vertebra todo el territorio de la Unión Europea y que logra un altísimo grado de penetración. La PAC se estructura en lo que conocemos como dos pilares; un primer pilar formado por las ayudas directas y las intervenciones sectoriales, y un segundo pilar conocido como desarrollo rural. Aunque el 75% de los fondos están en el primero y ahí es donde hemos logrado el encaje de la nueva Región Insular Islas Baleares, el segundo pilar apuntala cuestiones estratégicas como la agricultura ecológica, la sostenibilidad ambiental, la modernización, digitalización e innovación de las explotaciones, el apoyo a la industria agroalimentaria y la incorporación de jóvenes.

Desde la Conselleria de Agricultura hemos comenzado una ronda de jornadas para presentar las medidas que forman el nuevo Programa de Desarrollo Rural del periodo 2023 – 2027. El nuevo Programa es una nueva oportunidad. Se ha diseñado con un fuerte carácter estratégico, equilibrado en sus medidas, y con elementos de innovación que pondrán en manos del sector las herramientas para continuar la necesaria modernización estructural.

Las nuevas actuaciones en desarrollo rural suman un compromiso de gasto público total de 144.436.895 euros durante cinco años, lo que se traduce en un gasto programado por año de 28.887.370 euros. Esta cantidad supone un incremento de 6 M€ por año respecto al periodo 2014 – 2022. La participación de FEADER es prácticamente la misma, pero el compromiso del Ministerio de Agricultura se ha duplicado y también ha aumentado la participación de CAIB.

Las claves de este nuevo programa son coherentes con las prioridades sectoriales. La línea de inversiones en explotaciones absorberá un 22% del marco financiero y pasa de un gasto programado de 4,2M€ por año a 6M€. Siguiendo con la senda de los criterios que aprobamos en la última convocatoria, estará más orientado a las explotaciones profesionales y prioritarias que presenten proyectos que mejoren la competitividad, la modernización, la adaptación al cambio climático y la innovación. El esfuerzo para la incorporación de jóvenes se sitúa en 3,5M€ al año y se complementa con una nueva línea que apoyará la sucesión de explotaciones entre agricultores que están en edad de jubilación y jóvenes que reciben estas explotaciones, con una ayuda que compensará la pensión de jubilación con un ingreso extra durante cinco años y tutorización personalizada.

El nuevo programa de desarrollo rural quiere fortalecer el compromiso ambiental y por ello, el 38,15% de todo el gasto público está orientado a los objetivos del Pacto Verde Europeo. Las medidas incluidas en este fondo son muy concretas y útiles para el sector. El apoyo a la producción ecológica se fortalece pasando de un presupuesto de 2 M€ al año, a 3,1M€, lo que supone un aumento de la financiación del 50%. También se incluyen dentro de este capítulo las ayudas a la producción integrada que se han demostrado muy útiles en la transición de las explotaciones agrarias hacia un modelo más sostenible. Ponemos en marcha cuatro agroambientales nuevas que suman 2,5M€ más por año y que han sido medidas para responder a retos muy concretos en la línea del fomento de la lucha biológica contra plagas, la técnica de biosolarización que será muy útil en el control de los nemátodos en cultivos como la patata, el fomento del uso de aguas regeneradas en la agricultura, o un programa específico de apoyo al bienestar animal en explotaciones ganaderas. La planificacion para el nuevo periodo mantiene todo el resto de lineas tradicionales y que son importantes para el sector agroalimentario. Como reflexión final y para que todo ello sirva a los objetivos deseados, el conjunto del sector con la propia administración agraria, debemos cerrar un pacto estratégico que huya del paternalismo, del café para todos, del reparto lineal de las ayudas y en definitiva de miradas cortas que no es lo que necesita el sector.

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