Lograr los objetivos que nos marcamos a principio de año no es tarea sencilla y, en algunas ocasiones, no es tanto debido a que no tengamos fuerza de voluntad como a la falta de un método a seguir. Si lo que buscamos es mejorar la salud financiera, hay algunas claves que deberíamos tener siempre en cuenta para vivir con tranquilidad el presente y planificar nuestro bienestar futuro.

1. Lograr una proporción adecuada entre gastos e ingresos

La salud financiera empieza por mantener un buen equilibrio entre lo que ganamos y lo que gastamos. Hay que conocer con exactitud nuestros ingresos y diseñar un plan de gastos a corto y medio plazo. Para ello debemos dividir los consumos según sean necesarios, puntuales o secundarios, repensar en qué medida es posible permitirse hacer gastos que no sean imprescindibles y prever, siempre que sea posible, cuándo habrá que asumirlos.

No se trata de ganar más dinero, el verdadero objetivo es administrar lo mejor posible los ingresos que se disponen y acostumbrarse a revisar los gastos, lo que te ayudará a mantener cuidadas tus finanzas.

2. Tener ahorrado un fondo para imprevistos

Si se mantendrán los gastos por debajo de los ingresos posibles ahorrar. “Nunca sabemos lo que va a deparar el futuro, por lo que se hace esencial destinar una pequeña parte de los ingresos algunos por si hay que enfrentarse a una contingencia no deseada, que ojalá no se preven nunca”, aconseja Javier Niederleytner, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB. Para ello, una de las opciones más recomendadas es convertir el ahorro en un hábito.

El dinero guardado para las emergencias debe ser equivalente a un mínimo de entre tres y seis meses de gastos. Este fondo de emergencia es vital, ya que en caso de necesitar dinero y no tenerlo puede conducir a contraer deudas y pagar intereses, algo que con mayor previsión no haría falta asumir.

3. Acostumbrarte a preahorrar

Aunque sean solo unos euros, adopte el hábito de guardar cada mes una parte de lo que ingresamos es esencial para conseguir tranquilidad en el dia a dia, seguridad e independencia economica, pase lo que pase. Y cuánto antes se empezará, más fácil resultará y serán mejores los resultados.

De hecho, hay quienes deciden considerar el ahorro como un gasto más y se acostumbran a derivar una parte de sus ingresos a otra cuenta. De esa manera se empieza el mes sin contar con esa partida y así nos podemos organizar el dinero restante para afrontar los consumos necesarios.

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4. Invertir el excedente del ahorro

Si se logra ahorrar lo suficiente para cubrir los imprevistos del corto y medio plazo, existe la posibilidad de destinar el resto, aunque sea poco, a invertir. Consiste en dar un paso más y lo que se busca es sacar un rendimiento extra al dinero, lograr así hacer crecer el patrimonio y, en tiempos de inflación, conseguir al menos que el capital que se tiene no perder poder adquisitivo.

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Pero antes de empezar a invertir es recomendable reflexionar sobre características son los objetivos a alcanzar, si se va a necesitar ese dinero o no a medio o largo plazo y hasta qué punto es asumible perder parte o incluso todo. Es decir, resulta esencial conocer el perfil personal de riesgo y, en función de él, elegir el producto (Bolsa, fondos de inversión de renta variable, de renta fija, etc.) que mejor se adapta a las propias necesidades.

5. Para caprichos, ahorre en vez de endeudarse

El consumidor tiene a su alcance cada vez más productos financieros para poder adquirir bienes y servicios y pagarlos a plazossin embargo, eso no significa que nos debamos endeudar cada vez que queremos algo: realizar un viaje de ocio, comprarse una moto para los fines de semana o darse algún que otro capricho.

Para poder afrontarlo, es recomendable realizar un planes de ahorro. Tener un objetivo concreto hará más llevadero el esfuerzo de ahorrar y evitará un endeudamiento necesario, con el compromiso de pago que siempre supone un préstamo.

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6. Entender lo que es la deuda saludable

No porque se vaya a diferir el pago significa que se pueda asumir un endeudamiento excesivo. Para ello, hay que revisar los ingresos, gastos y circunstancias personales, para conocer si la situación financiera es saludable y no genera tensiones. Cuando las finanzas personales están bajo control, es conveniente dedicar solo una parte de los ingresos a pagar la deuda: los expertos recomiendan no endeudarse nunca por encima del 35 o 40% de los ingresos mensuales.

7. Planes de jubilación para un futuro con bienestar económico

La buena salud financiera pasa también por pensar en próximas etapas de la vida. “El momento ideal para empezar a ahorrar para la jubilación es cuando recibimos el primer sueldo. Si desde los 20 o los 30 años asumimos que una parte de nuestros ingresos debería dedicarse a asegurar los años en los que no vamos a trabajar y mantenemos ese hábito de ahorro toda nuestra vida laboral, es más fácil conseguir una buena calidad de vida cuando nos jubilamos, que, por otra parte, será cada vez más tarde”, explica Luis Vadillo, de BBVA Asset Management.

Ante ese panorama, es importante poder contar con un buen plan de ahorro para la jubilación que otorgue seguridad para que, llegado el momento del retiro, poder vivir con suficiente bienestar económico. Aquí, dependiendo del país en el que se resida, se puede pensar en un plan de pensiones individual o colectivo, una Afore o cualquier otra estrategia de previsión de ahorro a largo plazo.

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