No siempre la falta de recursos económicos o un nivel de ingresos considerado “insuficiente” lleva las finanzas personales a un caos de deuda permanente. A veces, la simple falta de orden y previsión es la que genera los verdaderos agujeros en el presupuesto de los hogares.
Una “clave” para evitarlo puede encontrarse si tienen en cuenta consejos elementales que contribuyen a la planificación de las cuentas personales o familiares.
Lo mejor es tener una economía doméstica sana y cuidada. El presupuesto doméstico es esencial, y para ello lo indicado es organizar los gastos del hogar.
Prever los impuestos; los impuestos deben pagarse todos los años, por ello se recomienda incluirlos en un presupuesto y definir cuánto habrá que destinar para ellos, así como las fechas en que deberán abonarse. En casos ciertos, como el ABL, por ejemplo, es posible pagar el monto anual de una sola vez, obteniendo algún descuento, o bien hacerlo en cuotas. La elección de las finanzas de cada caso y el cálculo más conveniente de acuerdo a la proyección proyectada y la proporción del descuento.
Revisar las deudas: en caso de que existan, hay que incluir todas las deudas que se tengan y definir cómo pagarlas. En caso de que las mismas perciban intereses, es recomendable cancelarlas cuanto antes, como sucede con las tarjetas de crédito. La regla de oro es sacarse de encima primero las deudas más caras. Si en cambio una persona ya sabe que deberá endeudarse durante el año, es bueno que lo tenga en consideración y comience a planificarla de antemano. Se aconseja analizar las diferentes opciones y sobre todo planificar todos los pagos para no atrasarse.
La regla de oro es sacarse de encima primero las deudas más caras y planificar el resto
Pasar los números en limpio: una vez que se vayan realizando los pasos anteriores, es importante observar el resultado de los ingresos menos los gastos y el dinero destinado al ahorro. Si el resultado es negativo habrá que ver donde se puede recortar. Si bien puede ser una tarea tediosa, siempre se aconseja revisar todos los números una vez que se haya terminado la planificación. Puede suceder que algo se haya pasado por alto y eso modifique todo el presupuesto del año, y traiga dolores de cabeza más adelante.
Hacer una hoja de balance para calcular el presupuesto domestico. Esta hoja tendrá varias columnas. En la primera se deben colocar los ingresos. Indica los ingresos totales de la familia. Las entradas más importantes suelen ser el sueldo, pensión o jubilación. No obstante, también puede haber alquileres o rentas que pueden sumarse a estos ingresos mensuales.
También tener una columna con los gastos del hogar, incluyendo todos los gastos actuales, desde el alquiler de la vivienda o cuota de la hipoteca hasta los pequeños desembolsos diarios, como la compra del café o almuerzo fuera del hogar, por ejemplo.
Una buena idea es estar unos meses anotando cada uno de los gastos diarios para tenerlos más ciertos.
Además, también tendrá que anotar los gastos ocasionales, como las vacaciones, los regalos de cumpleaños o las compras navideñas. También el dinero que se destina a vestimenta. Cuanta más información se añada, más preciso será el presupuesto doméstico. Si no tienen la cantidad exacta, al menos usar cantidades estimadas.
Estar al tanto de la coyuntura económica: en un país como la Argentina, con una economía delicada y en crisis, es aconsejable permanecer al tanto de las evoluciones económicas que se van sucediendo durante el año y, en caso de que las finanzas personales se vean alteradas por ello, modificar el presupuesto como corresponde para que los objetivos y el balance sean acordes.
Separar ahorros e invertir: esto es sencillo, una vez que se tenga el control de las finanzas, se trata de separar, al menos un pequeño monto, a los ahorros. Lo aconsejable es hacerlo a principios del mes o en el momento de cobrar, ya que hacerlo al final suele modificar la conducta. El gran desafío de los ahorristas es cómo hacer que el dinero guardado no pierda su poder adquisitivo y al mismo tiempo se pueda hacer uso de ellos en caso de necesidad. De ahí que lo más aconsejable es invertir ese excedente en dólar billete, plazos fijos o fondos comunes de inversión.
En tiempos de alta inflación, el desafío es que los ahorros preservados su poder adquisitivo y al mismo tiempo son generalmente al alcance de la mano en caso de urgencia. De ahí que se aconseje invertir esos ahorros en plazos fijos, dólar billete o fondos comunes de inversión de bajo riesgo.
Aconsejan estar unos meses anotando al detalle cada uno de los gastos diarios
Al respecto, Giselle Colasurdo, asesora financiera, sostiene que lo mejor es invertir ese dinero, sean dólares o pesos, en obligaciones negociables, es decir, en deuda emitida por diferentes empresas, según Infobae.
“El rendimiento de esos títulos es de aproximadamente el 8% anual, es decir que son superiores a la inflación de Estados Unidos -que se ubicó en 2022 en torno al 6,5%-, y sobre todo, superiores a la inflación proyectada del 2023 que se ubica alrededor del 4 por ciento”.
Según ella, el clásico refugio argentino del dólar billete no es hoy la mejor opción, ya que “a menor ritmo, pero también se pierde poder de compra”, debido a la inflación de Estados Unidos. En cuanto a los plazos fijos, la asesora financiera explicó que “dan un rendimiento anual del 100%, pero si la inflación del año se acerca a ese número, lo único que se logra es no perder el poder adquisitivo de esa inversión, no generar una ganancia”.