No basta con aumentar el periodo vacacional a un mínimo de 12 días, “si no le ponemos dientes a la Ley Federal del Trabajo (LFT) para que los patrones respeten ese derecho conquistado, seguirán violando las normas”, dice la diputada federal Susana Prieto Terrazas (Morena). Esta semana, la legisladora emprenderá una iniciativa para incorporar una multa de 90 dias de salario a quienes las incumplan.

Desde hace varias décadas, la abogada Susana Prieto (Ciudad Juárez, Chihuahua, 1966) ha asesorado movimientos obreros en las maquilas fronterizas. Su última gran pelea fue en Matamoros, Tamaulipas, en 2019, donde surgió el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y de Servicios (SNITIS).

“En la industria maquiladora es común que las empresas les roben las vacaciones a los trabajadores”, señala en entrevista. Cuando tienen una emergencia, aunque sea médica, y les es imposible presentarse a laborar, las personas son presionadas para tomar ese dia a cuenta de sus vacaciones. De otra manera, les descontarían la jornada y los bonos, lo cual impacta en su salario, explica la secretaria de la Comisión del Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados.

El artículo 84 de la LFT indica que “el salario se integra con los pagos hechos en efectivo por cuota diaria, gratificaciones, percepciones, habitación, primas, comisiones, prestaciones en especie y cualquiera otra cantidad o prestación que se entregue al trabajador por su trabajo”.

“El salario en la maquila, como en otras muchas industrias, está compuesto por bonos de puntualidad, de despensa, producción, asistencia perfecta y demás. Si los trabajadores faltan, digamos, para llevar a uno de sus hijos al médico, les descuentan ese día y, por reglamentos interiores ilegales, los descansan sin goce de sueldo tres días”, explica la legisladora.

Eso implica un descuento de la mitad de su salario ordinario al mes. “Por eso aceptan firmar en Recursos Humanos que ese día hola tomé como vacaciones. Abusan su necesidad y cuando cumple el año ya tiene agotado su periodo y hasta le debe días a la empresa. Eso es prácticamente esclavitud moderna”.

La iniciativa de Susana Prieto también propone un mecanismo para interponer “una queja en los Centros de Conciliación locales y que ésta sea resuelta de manera inmediata”. Sin medios para hacer valer su derecho a las vacaciones y sin sanciones a quienes no lo respetan, el aumento de los dias de asueto pagados no se beneficiará de la misma manera, considera.

Otro cambio que propondrá será incrementar el monto de la prima vacacional de 25% al ​​100% del salario. “Eso les permitirá planear, a mediano o largo plazo, un viaje quizás a pueblos cercanos o sus lugares de origen, según su presupuesto. No es posible que solamente una clase privilegiada podamos acceder a un buen número de días de vacaciones y además con una buena remuneración en ese período”.

La pandemia da, la pandemia quita

“Necesitamos reforzar la minuta que vendrá del Senado, agregarle los candados necesarios para que ningún patrón eluda sus obligaciones. Las muertes por infarto por la falta de descanso son más comunes de lo que creen, pero el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) las califica como muertes naturales sin ver las condiciones laborales que rodean a esas personas”.

El estrés, dice la legisladora, es un mal silencioso que termina con nuestras vidas de manera anticipada. En ello coincide el diputado federal Sergio Barrera (Movimiento Ciudadano). “Los estudios arrojaron eso, ya los empresarios también lo comprendieron”, apunta en entrevista.

Entendieron “que la productividad no se mide por la cantidad de días y horas que pasaron conectados o en el centro laboral, sino por los resultados, por el tiempo real que se le dedican al trabajo”. La pandemia ayudó a que esto se aceptea, dice. “Para trabajar bien necesitamos descanso físico y mental, dedicar tiempo a nuestras familias o lo que cada quien decida. Necesitamos vacaciones dignas”.

La covid-19 dio un impulso a esta propuesta, pero también acortó la meta, pues se aspiró a contar con un mínimo de 20 días de vacaciones desde el primer año de labores. En febrero, “la senadora Patricia Mercado la presentó en el Senado y yo, en la Cámara de Diputados, pero la trabajó en conjunto con activistas y militantes de MC que tenían esa inquietud”.

Lo siguiente fue entablar un dialogo con sindicatos y organizaciones empresariales, de esa manera acordaron un parlamento abierto en el Senado, el cual se llevó a cabo en marzo. Fue en ese foro donde “se decidió que partiéramos de 12 días” como mínimo.

Muchos empresarios se preguntaban “cómo sustentarían su producción tantos días. Después de la pandemia, y con los problemas económicos que ésta presentó, acordamos duplicarlas de seis a 12 dias y que por cada año sumen dos días más hasta topar en 20. Posteriormente, cada cinco años se agregarán otros dos días”.

Desde hace varias legislaturas y desde diferentes bancadas, se habían presentado iniciativas para ampliar el periodo vacacional, señala Susana Prieto Terrazas. “Pero los empresarios eran reticentes, estaban más interesados ​​en que su producción no parara, mientras los trabajadores veían bastante mermada su salud”.

Al final, la propuesta se ha robustecido con todas las propuestas en el Senado y en la Cámara de Diputados, dice Sergio Barrera. Ese factor también juega a favor de que la iniciativa sea aprobada este mismo periodo legislativo, considera.

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