javier martin

Un mes después de la inundación los agricultores de Ízbor siguen con sus fincas sepultadas y sienten que las administraciones les han dado la espalda

Pilar García-Trevijano

En cuestión de minutos se puede destrozar el trabajo de toda una vida. «Perdí 20 olivos centenarios en el incendio de Los Guajares y, meses después, mi finca, mi trabajo, están enterrados en barro», resume con frustración Dioni Salazar, agricultor de Ízbor de 53 años.

El hombre, militar de profesión, se separó hace años y empezó a labr

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