cuantas veces hemos pasado por la avenida Grau, en el Centro de Lima, y hemos visto, o visitado, ese enorme hospital que desde 1941 es el lugar en el que muchos peruanos van a tratar todas sus dolencias.
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Fue uno de los personajes que se llevó toda la atención en los primeros años de la década de 1990, pero en el fondo ocultó una horrible realidad
A pesar de tener poco más de 80 años, este edificio nos recuerda tiempo en los que el Estado peruano pensó asumir la salud de la población trabajadora de aquellos tiempo que cada vez eran más desde los primeros años del siglo XX.
Este hospital tomó el nombre del doctor Guillermo Almenara Irigoyen, uno de los que ayudó al gobierno a darle forma al Seguro Social. Y esta es su historia.
Nacido un 22 de enero de 1880, los padres de Guillermo fueron Francisco Almenara Butler y de Elvira Irigoyen Irigoyen.
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Todo parece indicar que la influencia paterna tuvo mucho que ve en la decisión de convertirse en médico, pues Almenara Butler también fue un prestigioso doctor en sus tiempos que fundó la cátedra de pediatría en la facultad de medicina de san fernando y uno de los principales impulsores de la medicina infantil.
Tras realizar sus estudios escolares en el Colegio San José de Cluny el Colegio Sagrados Corazones Recoleta, el joven Guillermo ingresó a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcosrecibiéndose como bachiller en 1911 y como doctor un año después.
Para 1915 se gradúa como bachiller en medicina con su famosa tesis sobre la enfermedad de la uta: “Anatomía patológica de las leishmaniasis dérmicas”. Ese mismo año se recibe como médico cirujano.
Las ganas de seguir aprendiendo parecían incontrolables en él y desistió continuar sus estudios en Argentina y Brasil, en donde se especializó en bacteriología.
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Para 1926, Almenara Irigoyen grado académico de doctor en medicina con la tesis “El chamico, estudio histórico, fármaco-botánico, fármaco-químico y fármaco-dinámico de la Datura Datulán”.
Cuando todo parecía que el destino del médico miraba al estudio de las epidemias y bacteriologiael llamado del Estado lo hizo cambiar de rumbo y con eso toda su vida.
Todo comenzó en 1930 cuando se fundó el Departamento Municipal de Salud. Ese mismo año le dio inicio al Instituto Municipal de Higiene de Lima, el cual dirigió hasta 1936.
En el último tramo del gobierno de Óscar R. Benavides (entre 1938 y 1939) fue nombrado ministro de salud pública. En esos años, los trabajadores en el Perú no tienen un seguro social con el cual solucionar sus problemas, por lo que Almenara fue uno de los encargados de darle forma.
Una gran ayuda que nuestro país fuera uno de los participantes de las reuniones que organizaron la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en las que recomendaba a todos los países asistentes a implantar una seguridad social en su población obrera.
La tarea de estudiar y elaborar el proyecto de ley de la seguridad social recayó en las manos del periodista Edgardo Rebagliati Martins. La ley N° 8433, del seguro social obligatorio fue promulgada en el 12 de agosto de 1936.
Pero en 1939, Almenara fue nombrado en una comisión integrada por el mismo Rebagliati y Juan José Calle para que estudiaran las bases de la Seguridad Social en nuestro pais. De esta manera, la salud de los obreros comenzó a quedar protegida por ley.
Con la ley del Seguro Social aprobada y puesta en funcionamiento al doctor Almenara le fue encargado la misión de organizar la construcción del hospital mixto y policlínico de lima. Luego sería conocido por muchos años como el Hospital Obrero de Lima. Obviamente, también se hizo cargo de su dirección por varios años.
Para esta obra, Guillermo Almenara contó con la colaboración del doctor Andres Bello. Además, este nuevo nosocomio se convirtió en la niña de los ojos de todo el sistema hospitalario del Perú, luego de introducir nuevos conceptos para la atención de los pacientes, tener una infraestructura moderna y conseguir equipos de última generación traídos especialmente desde los Estados Unidos.
Por eso, y por mucho tiempo, el Hospital Obrero de Lima fue catalogado como el mas grande y moderno de todo sudamerica.
No fue la única gran construcción que legó al pueblo peruano ya que también le dio impulso al Instituto del Cáncer. Para este fin se construyó un moderno local en la avenida Alfonso Ugarte, en lo que hoy es la sede del Hospital Nacional Docente Madre Niño San Bartolomé
Tras dejar la dirección de Hospital Obrerofue nombrado Superintendente General de Hospitales de la Caja Nacional de la Seguridad Social.
Ya a finales de la década de 1950 renunció a esa institución y se dedicó a su labor académica. En ese sentido llego a ser miembro de la academia nacional de medicinade la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales del Perú, miembro de Honor del Colegio Americano de Administración de Hospitales, entre otros.
Entre 1950 y 1954 se encaró de la supervisión de la construcción del Hospital del Seguro Social del Empleado, hoy llamado Hospital Edgardo Rebagliati Martins.
Una vez terminado ese proyecto, fue convocado por el gobierno de Costa Rica como consultor del programa hospitalario del país centroamericano. Para 1955, fue parte del cuerpo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
También fue asesor del director del hospital clínico de la Universidad Nacional de Uruguay. Además de dictar clases de administración hospitalaria.
Debido a su apoyo al gobierno peruano y sus logros en la salud pública, fue laureado con varios galardones como la Orden del Sol del Perú, en grado de Gran Oficial; la de Servicios Distinguidos; Hipólito Unanue en los grados de Gran Oficial y Gran Cruz.
En su vida personal también fue prolija ya que tuvo cinco hijos con Graciela Valdez. Tras enviudar, volvió a contraer nupcias con susana chau y tuvo cinco hijos más.
Finalmente, el doctor Guillermo Almenara Irigoyen dejó de existir el 2 de noviembre de 1974. Y en su honor, aunque desde 1981 el hospital Obrero comenzó a llamarse de manera oficial Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen. En la entrada de dicho centro hospitalario se levanta su busto en su honor y recuerdo.