Paseando por las calles de Simancas nadie podría decir que se trató de un pueblo elaborador de vino. Sus vías empedradas, estrechas y sinuosas del casco histórico no invitan a relacionar la villa con la elaboración de caldos en siglos pasados. Pero nada más lejos de la realidad. Un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de la localidad y la Universidad de Valladolid ha permitido hacer un estudio de detalle sobre las bodegas subterráneas y se han descubierto medio centenar de ellas y la previsión es que existen unas 120.

El encargado de recabar toda la documentación ha sido el profesor titular de Construcciones Arquitectónicas en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Valladolid (ETSA-Uva), Félix Jové, quien con colaboración vecinal ha sido capaz de documentar la existencia de estos espacios que demuestra la existencia de un pueblo vinculado al vino. «Hemos tenido siempre la colaboración de los vecinos y eso ha sido fundamental», indica Jové.

¿Conocían que Simancas contaba con bodegueros ya desde el siglo XV? Pues algunas de estas bodegas se encuentran en perfectas condiciones. La intención de este trabajo documental es continuar con más fases para su posterior rehabilitación y puesta en valor de cara al turismo. Jové se ha encontrado un conjunto de bodegas más complejo y grande que el previsto.

201022JT_0008.JPG201022JT_0008.JPG – Foto: Jonathan TajesAunque la tipología es diferente en cada caso, normalmente se encuentran a una profundidad de unos siete metros. Las medidas que se están realizando de las bodegas resultarán con mucha importancia para que en una segunda fase se pueda optar a obtener ayudas para trabajos de rehabilitación.

«Hay que destacar la excelente colaboración que estamos encontrando por parte de los vecinos para poder llevar a cabo el trabajo», señaló el profesor Jové.

El gran número de bodegas existentes en Simancas ya se hacía notar a través del estudio de la documentación histórica. Basta con citar el testamento de Juan Mosquera de Molina, el que fuera Comendador de la villa, firmado en 1560, en el que se relacionan sus múltiples posesiones, bienes raíces y juros, y donde se enumeran cuatro casas que había ido comprando a diferentes vecinos de Simancas, todas ellas con bodega y con sus cubas en el interior.

En cuanto a los aspectos constructivos, las bodegas se encuentran excavadas en un estrato arcilloso de gran resistencia, denominado vulgarmente ‘peña’, aunque ocasionalmente aparecen betas un tanto arenosas de menor resistencia. Muchas de las bodegas visitadas se encuentran cimbradas mediante grandes arcos de piedra de sillería, como si de auténticas catedrales se tratara.

«Se conservan aún, bajo las parcelas y calles del caserío antiguo de Simancas grandes bodegas subterráneas, construidas muchas de ellas en el siglo XV, que fueron fundamentales para el desarrollo de la villa». El convenio, que se ha desarrollado durante todo este año, tendrá continuidad el próximo hasta completar la planimetría del sustrato excavado.

El alcalde de Simancas, Alberto Plaza, destacó que este proyecto trata de recuperar un patrimonio «riquísimo» para el municipio y que ha permanecido escondido durante siglos. Desde el Consistorio ya se han realizado jornadas de divulgación para dar a conocer estas bodegas subterráneas, que han incluso días de puertas abiertas, en lo que los vecinos han podido conocer estas infraestructuras en perfecto estado de conservación y que han tenido una gran aceptación. «Se trata de que cada vecino tenga conciencia de la importancia de lo que tiene en casa más allá del propio recurso turístico», matiza el regidor.

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