La dirigente de las trabajadoras domesticas denuncio que las autoridades no toman medidas ante los laborales abusos, fisicos y hasta sexuales a manos de los patrones

El trabajo doméstico ha sido históricamente “precarizado” e “invisibilizado” ante la sociedad, una situación que deja en extrema vulnerabilidad a más de 80 mil trabajadores y trabajadoras en Panamá.

“El Ministerio de Trabajo (Mitradel) no tiene cifras específicas de trabajadores domésticos existen realmente en el país”, señaló Yadira Samaniego, secretaria general del Sindicato Gremial de Trabajadoras del Servicio Doméstico (Singretrads).

Samaniego explicó este miércoles en el programa “Portada” de La Estrella de Panamá, que del total de las 84 mil trabajadoras, poco más del 1% está protegido por la seguridad social.

“Si buscamos los mecanismos para facilitarle la seguridad social a las compañeras, entraría una buena cantidad de dinero a la Caja de Seguro Social en un momento que lo necesita”, remarcó el dirigente, que considera esta exclusión una negación al derecho a la salud ya una jubilación.

“Han normalizado tanto (la precarización) al grado que nos ven no como trabajadores, sino menos que nada”, subrayó Samaniego, que puntualizó el rol fundamental que juegan estos trabajadores cuya labor permite que otros trabajadores que necesitan cuidado de sus hijos, abuelos o de su casa, pueden atender a sus funciones.

Destacó además que en este sector, en el que se pagan salarios que en la mayoría de los casos están por debajo del salario mínimo –que ronda los $600– a veces deben atender a niños, adultos mayores, limpiar las residencias con jornadas de hasta 15 horas por menos de $300.

En cuanto a la composición de las trabajadoras domésticas, el 89,5% es mujeres mientras el resto serían hombres; en ambos casos, en su mayoría son extranjeros, lo que los hace más vulnerables a los abusos.

“Al momento de despedirlas de una casa de familia lo primero que le dicen desde Mitradel es que tú como trabajador migrante no tienes derechos”, denunció Samaniego, quien recalcó que estos problemas también los enfrentan las trabajadoras panameñas. Igual cuestionó que las autoridades aún no cumplen el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo sobre trabajo doméstico, suscrito por Panamá.

“Si en la ciudad hay total violación de derechos, en el interior ni se diga (…) no se les respeta el permiso de salida a las que están camas adentro, ni ir al médico, ni atender un asunto personal, eso está vetado al igual que en Panamá”, puntualizó Samaniego. Incluso, subrayó el dirigente, se han dado casos de abusos físicos y sexuales por parte de los patronos.

La sindicalista destacó que de las trabajadoras que llegan a recibir su salario dentro de la norma, estas terminan haciendo más tareas, casi en términos de “explotación laboral”.

“Con el tema de que el salario es $290 y poniendo como pretexto la pandemia (les dicen) es mejor que agarres $200 o $150 mensual, pero tienes que hacer todo el trabajo: cocinar, limpiar, atender a los niños, atender enfermos, atender animales (mascotas)… y si te puedo llevar a la casa de mi hija, o hermano, te muevo por ese mismo salario”, dijo.

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