Ser audaz permite llegar lejos y betsy marrón es la prueba. Durante años, la diseñadora de interiores buscó una cabaña en el área de Green River en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde sus hijos manejan negocios de aventura que seducen a los apasionados de las actividades acuáticas. A pesar de no haberla encontrado a la primera, Betsy no abandonó la búsqueda hasta que su paciencia finalmente la recompensó.

La remodelación fue concebida para poder disfrutar lo más posible de las vistas encantadoras hacia las montañas y la vegetación exuberante.Brie Williams.

“Cuando esta cabaña —que descubrí en un sitio web de bienes raíces— llegó al mercado, yo no estaba en la región, por lo que tuve que tomar una decisión rápida”, recordó. El anuncio no tenía fotos de la vista, pero Betsy decidió lanzarse y comprar la casa sin verla. “El fin de semana siguiente nos encontramos en la cabaña con la familia de mi hija para descubrirla por primera vez. Al caminar hacia la parte de atrás, nos miramos todos en conmoción. El panorama de la garganta del río era excepcional”, confesó.

Inmediatamente, la diseñadora de interiores llamó a su muy buen amigo, el arquitecto Paul Bates (a quien conoce desde hace 25 años), para remodelar esta pequeña propiedad de una sola planta que se extiende en una superficie de 139 metros cuadrados, con la idea de transformarla en su casa ideal de descanso y de vacaciones. “Sabía que Paul iba a inspirarse con el carácter humilde del proyecto”, comentó Betsy.

Las paredes, el techo, las vigas de madera y la chimenea de piedra dan vida a un ambiente acogedor.Brie Williams.

“Quisimos honrar la simplicidad de la casa, reorientarla hacia el río y encontrar materiales locales auténticos”, Betsy Brown.Brie Williams.

Originalmente construido en los años 1960 y renovada en la decada de los 80la cabaña situada en Las montañas de Blue Ridgeal sur de la ciudad de ashevilletiene un estilo que mezcla varias referencias: de los ranchos a la estética Medio siglopor pasar la arquitectura Galleta que se caracteriza por sus formas sencillas, como techos de metal, el uso de madera para el exterior y chimeneas de piedra. Elementos brutos y detalles refinados combinan en este santuario atemporal que honra el espiritu del entorno.

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