Empezamos cada nuevo año con mentalidad optimista, deseosos de cambiar, mejorar y cumplir metas. Como dice la canción, año nuevo, vida nueva. Aunque me identifico con ese deseo de reinventarnos y de invertir en nosotros mismos y nuestros sueños, algunos rayan en un complejo de Adán en el que todo lo viejo es malo e irrescatable y es mejor hacer ‘borrón y cuenta nueva’.

Después de seis meses, la luna de miel del Gobierno Nacional se acabó. Debo decir que, aunque muchos de los anuncios me gustan, otros me asustan. Creo que la clave de este gobierno estará en que los que nos están liderando no se vuelvan presa fácil de ese complejo de Adán, entendiendo que no se puede volver a nacer y que la única forma de lograr verdaderos avances es “construyendo sobre lo construido” .

Me pregunto, en primer lugar, cómo se concibe hacer grandes transformaciones sociales sin recursos. En el Ministerio de Minas y Energías parecieran desconocer la realidad del país, donde el sector minero energético aporta el 1,3 % del PIB económico, mostrando solo en el primer semestre del 2022 recaudos por 5,8 billones de pesos en regalías. Mientras Ecopetrol proyecta utilidades por 35 billones, ellos siguen en el debate en el cual el petróleo se ha vuelto no el activo para dinamizar y sostener la economía del país, sino un enemigo público que se debe suprimir y reemplazar, incluso sin tener clara su fuente sustituta para la economía. Entonces, ¿será que hubiera sido mejor nacido en una Colombia sin petróleo? ¿Será que es mejor no ganarse la lotería?

Segundo, en el sector salud, la discusión de la ministra sobre la reforma a la salud está principalmente basada en la desaparición de las EPS, pero no puede ser que la solución esté en destruir el sistema para volver al antiguo modelo del seguro social, en donde el Estado estaba a cargo de la salud con resultados completamente ineficientes. Antes de la Ley 100 la cobertura de salud en Colombia llegaba solo al 28 % de la población, cifra que a 2018 ya estaba en 98 %. Sabemos que el sistema no es perfecto, seguro habrá mucho por mejorar, pero ¿será mejor sacrificar la cobertura del sistema para lograr la perfección en términos de calidad?

Tercero, tenemos al Ministerio de Defensa con la consigna de la “paz total”, de donde rescato el proceso de paz con el ELN. Sin embargo, no comparto las medidas que ha tomado el ejecutivo últimamente, abriendo las puertas a que personas que cometieron actos delictivos en protestas pueden salir en libertad, pasando por encima de la rama judicial. ¿Será que la democracia es menos importante que la búsqueda de la paz? ¿Qué tanta paz genera que la mayoría de los colombianos vean que el delito paga?

La invitación es a dejar de lado el complejo de Adán, es una realidad fáctica el hecho de que no podemos volver a nacer. Ojalá este gobierno se dedique a cinco cosas: sacar adelante la reforma agraria; promocionar e incentivar el turismo; lograr el acuerdo de paz con el ELN; el número de personas que acceden a pensiones, y aumentan los ingresos solidarios a los más pobres del país. Seguro que concentrándose en estos complejos frentes, el 2023 será un año de transformaciones positivas por el bien del país.

Share.
Leave A Reply